domingo, 17 de febrero de 2013


Empatía. Empleémosla en una frase. "LPS da pruebas de una cierta empatía por esta joven que está muerta".

El grupo LPS tiene una faceta de pintor. No en vano sus miembros estudiaron cinco años en la Facultad de Bellas Artes de Madrid. Y fueron unos alumnos desaplicados pero atraídos por la pintura, la madre de todas las artes, de todas las actividades más nobles y difíciles. Para LPS colegial, la pintura era un universo vasto que incluía terrenos normalmente separados como: la vigilia y el sueño, el presente y el pasado, la locura y la cordura o la percepción y la memoria. En realidad hay que despertarse, salir del sueño y entrar en la vigilia, por ejemplo, para darse cuenta de que soñábamos. Cuando pintas en grupo, sin embargo, no es necesario salir de un terreno para ser consciente de que estabas allí. En otras palabras puedes volver atrás cuantas veces quieras. Y lo que es todavía más raro y mejor, hacerlo acompañado. Es genial. Así que en este momento tu estás en el pasado pero tu colega percibe con claridad eso que es sólo un recuerdo vago que estas verbalizando muy torpemente. Y él ya lo ha actualizado y te lo explica y tu lo ves también. Pero le precisas que ciertas vaguedades del recuerdo no se deben perder y él te pregunta que cuales. Y tu no sabes qué decir. Pero no hace falta decir nada porque os habéis trasladado a otro lugar pictórico donde él ha elegido un color y tu estas enredado con tu asunto. Y el de más allá no sabe nada de vuestro acuerdo pero te escucha a ti y percibe el color de tu amigo e introduce un detalle bueno para los dos. Es genial. En cualquier caso, LPS jamás ha sido sólo pintor. Nunca en su vida ha hecho exposiciones. Su pintura siempre ha estado sujeta a juegos o performances con reglas que convertían los cuadros, como este, en parte de un ritual muy ingenioso que aumentaba su influencia o duración.

domingo, 10 de febrero de 2013

Una obra de Manolo Quejido para Conexiones

Los micrófonos son para oír pero los uso para escuchar. 
He aquí un procedimiento muy del pop-conceptual: el respeto por la ocurrencia. En mi opinión simboliza el pensamiento divergente de la infancia, ese que la escuela intenta desterrar a cambio de la lógica y que luego nos incapacita para resolver problemas verdaderamente difíciles. 
¿Los dragones beben agua? -Bueno, beben por la noche como las hormigas.
Y qué decir del sol y las Rayban verdes. Y la calva. Y la boquita naranja. Hormigas, hormigas por todas partes.

miércoles, 6 de febrero de 2013

"Bodegón con Hitler", Libres Para Siempre para Conexiones:...

Aquí veo impertinencia, bergsonismo (entiendo por tal que una subjetividad o experiencia interna, me parece que de tipo pictórico -pero podría ser de otra clase- se actualiza desde el espíritu en forma de bodegón material) y una encantadora relación figura-fondo que no es de tipo óptico sino tópico (bigote de Hitler). 

martes, 5 de febrero de 2013

El hipnotista, Libres Para Siempre, 2013 para Conexiones:...

Fuimos a ver a una hipnotizadora. Al final de la sesión le preguntamos si podría hacer que la gente pintara como Miró o Picasso. No veo porque no, respondió. ¡Jodo!


lunes, 4 de febrero de 2013

Un cuadro de Jaime Aledo para la exposición Conexiones: De Gordillo a Libres Para Siempre y al Revés. Una historia parcial y subjetiva del Neopop español.

Esperando a que se disuelva el azúcar. Es muy importante cómo vivimos la duración de los objetos porque en esa duración está su naturaleza. La duración de los cuadros es un tema interesante. Hoy me han llamado impaciente porque he reclamado que no me llegaba un libro que había comandado: "Del azar en la producción artística" de Augusto Strindberg, el dramaturgo sueco. ¿Cuanto de azar impaciente habrá en este cuadro de Jaime Aledo? En cualquier caso, la naturaleza del azar que hay aquí acogido no es de tipo gestual. Es un azar Pop que lleva a resolver en unos tiempos particulares las esperas. Es decir, hay duraciones parecidas entre los cuadros de esta exposición. Y otras diferentes. Las que evoca este cuadro son muy interesantes. Yo reconozco las Pop, las del azúcar, pero hay también un tiempo para la grafía publicitaria, las lecturas ensayísticas, los pensamientos decimonónicos, los colores pastel (volvemos al azúcar)... 

domingo, 3 de febrero de 2013


Invito a recordar una escena de solemne aburrimiento. Este cuadro ayuda.
En un pueblo del Levante español. Fin del verano. Preadolescencia. Fiestas patronales y baile en la pista Lux. Vamos a aburrirnos a conciencia unas seis horas. Mi hermano, su amigo David y yo esperamos, incomprensiblemente, que la charanga toque algo de Tequila y sino algo de los Rolling. Por supuesto ni por asomo piensan hacerlo. Empiezan los delirios del aburrimiento. Tío, tío ¿has oído? (Una canción absurda de ese verano donde se dice que una rubia acaba de entrar en la pista) Ya la tocaron antes, cuando entramos nosotros. (Por supuesto que no lo han hecho). Qué guay cada vez que entramos cantan esto jua, jua. (Vamos salid fuera y volved a entrar y veremos si es verdad que la tocan siempre) Nadie se atreve a hacer la prueba y a acabar con ese resquicio de ¿diversión? Y así nos quedamos. Esperando a los Rolling. ¡Qué Rolling! 

viernes, 1 de febrero de 2013

Pop Art


Una imagen de Luis Gordillo para la exposición: "Conexiones de Gordillo a Libres Para Siempre y al revés (una historia subjetiva del Neopop madrileño)"

El arte Pop invoca duraciones vividas en la infancia. (Temporada de patos-temporada de conejos). Duraciones como esperar y aburrirse. Por eso el Pop es aburrido y frustrante y lo adoramos.