jueves, 6 de noviembre de 2014

ATOMIC-CIRCUS

La obra de Patricia Gadea (Madrid 1960-Palencia 2006) llega a las salas del Museo Reina Sofía con su exposición Atomic-Circus


Patricia Gadea. La creación como liberación permanente
Almudena Baeza 

El MNCARS nos regala, hasta el 5 de enero, una exposición de una pintora española, Patricia Gadea (Madrid,1960-Palencia, 2006), muy desconocida, sorprendente y fantasiosa. La antológica está organizada de manera cronológica para que podamos seguir los grandes eventos de la vida de la artista a través de una selección muy cuidada de las obras que produjo en cada uno de estos periodos, como si de una novela contada en imágenes se tratara. Comenzamos en los años 80 cuando Gadea era una joven promesa del arte español: autodidacta y provocadora. Después vienen (en 1986) su beca Fullbright para estudiar en Nueva York y el viaje junto a su pareja, el, también pintor, Juan Ugalde. De este periodo, destaca una curiosa sala dedicada a la extraña síntesis que Patricia elabora entre el lenguaje del dibujante, humorista y antiguo ingeniero, Rube Goldberg, y la plástica de Ibáñez, autor de Mortadelo y Filemón. Con ambos universos, Gadea elabora una serie de elocuentes máquinas que expresan su perplejidad política ante dos mundos, Norteamérica y España, condenados a competir estúpidamente según las reglas de la globalización económica y cultural. En esta meca del arte Juan y Patricia conocen a Dionisio Cañas, un poeta de Tomelloso y profesor de la Unversidad de Nueva York, con el que fundan el colectivo Estrujenbank. Hojalatería y Pintura en General. En el 89, ya en Madrid, se les unirá Mariano Lozano, pero de las obras del colectivo no hay constancia en esta exposición que se centra en el trabajo individual de la artista. Los años que pinta en soledad en Madrid están concentrados en una sala dedicada a la muestra de 1992 "Atómic Circus" que da título a la exposición. Los materiales poéticos (y físicos porque están arrancados de las paredes y pegados en los lienzos) que Gadea utiliza son los carteles de circo. Sobre ellos escribió: "Atravieso por su culpa capas genealógicas, el Renacimiento, la Edad Media, el dadaísmo, Picasso, el expresionismo abstracto, Andy Warhol, España en progreso, la prensa diaria, las invasiones, occidente, para llegar a la fábula donde toda creación es posible". Finalmente Patricia se separa de su marido y de su hijo y se traslada a vivir a Palencia donde trata de superar sus adicciones y una gran depresión mientras trabaja alejada del circuito profesional y ralentiza el ritmo de su producción. Aquí vemos el modo en que Gadea se abandona completamente a sus obsesiones y de los abismos de su infancia obtiene tesoros como esos personajes, las hadas y las princesas del hogar típicas de la publicidad de los 50, que le permiten expresar la ambivalencia que experimenta frente al feminismo. Camina por el filo sin caer hacia un lado (las mujeres de feminidad prepotente y cruel de su primera época) o hacia el otro (la glorificación de la labor de madre y esposa abnegadas). O mas bien al contrario, trabaja cayendo en los dos lados a la vez para eludir el error de una pintura de tesis. Como artista, mujer y española, Patricia se atreve en este periodo a hacer de la creación un medio de autoterapia. Esta actitud antiestética acerca su trabajo a las puertas de la libertad. Decía al respecto el animador ruso de los 60 Jean Švankmajer: "Si la creación tiene algún sentido, este no es otro que el de liberarnos. Ninguna película (cuadro, poesía) puede liberar al espectador sino comporta también un alivio para el autor". Es  emocionante ver en este sentido como Patricia compone sus últimos cuadros y dibujos con gran libertad. Apasionadamente habla de todo, pinta a brochazos al tiempo que dibuja con cuidado, las figuras y los fondos se relacionan en todas direcciones y cada capa tiene una textura propia de forma que parece un cuadro independiente que dialoga a la vez con los otros contenidos en el mismo soporte y con los de alrededor. Una verdadera noria de emociones liberadoras hasta las lágrimas.